Para refirmar la sentencia del apóstol de que:”Los niños son la esperanza del mundo”, hace 9 años abrió las puertas la Casa de Niños sin amparo filial de Sagua la Grande.
Con una gran dosis amor y cariño hacen más placentera la vida de estos menores que provienen de una familia disfuncional o son huérfanos. El día transcurre feliz, junto a las auxiliares pedagógicas, la directora Magaly Cuevas y el personal de servicios. Todos en función de que la casa supla toda la carencia afectiva que tanto necesitan en esta etapa de la vida.
En la Zadar, Yurisay, Margarita, y la pareja de hermanos de Leyanis y Félix Mario, e Iris y Roberto. Estos últimos, fundadores de la “casita”fundadores de esta acogedora instalación educacional sagüera.
Las atenciones a estos menores es esmerada, a pesar de carencias de recursos materiales, el empeño es hacer todo lo posible porque se sientan como si estuvieran en su verdadero hogar.
Una de las personas que da todo lo mejor de sí para que así sea es Idolidia Martínez, fundadora y trabaja en el área de cocina. Para ella representa un placer enseñarlos a cocinar y elaborarles los alimentos y recalca:”hago todo lo posible por complacer sus gustos, los quiero como si fueran mis hijos”.
Pero no solo la alimentación es prioridad, sino el aprendizaje que está garantizado. Algunos estudian en el Semi Internado Fuertes y la escuela especial Filiberto Rivero.
Allí disponen de equipos electrodomésticos como ventiladores, televisor, micro wave, entre otros que han aportado entidades que apadrinan como la Empresa Cloro Sosa, Educación y el club de Federadas Mariana Grajales. Otra actividad importante es el repaso y el cumplimiento de los deberes académicos por lo que dos auxiliares pedagógicas, Sonia Morales y Mayrel Calero, se encargan de repasar a los niños, después de culminar sus actividades docentes.
En esta pequeña pero hermosa familia, la trabajadora social Lissett Rodríguez, se encarga de organizar los cumpleaños, actividades recreativas, paseos por la ciudad, visitas al parque de diversiones de la ciudad,
Ningún detalla se escapa a la trabajadora sociales interesa por el cumplimiento de Roberto quien trabaja en la Unidad de Acopio de Sagua.El tiene ya 24 años y permanece en el recinto junto a su hermana Iris, quien tuvo una linda fiesta de 15, de lo que dan fe las fotos que adornan la sala, la limpieza de las habitaciones que disponen del inmueble necesario entre los que se pueden citar ventiladores, camas y escaparates que son ya de su patrimonio.
La Casa de Niños sin amparo filial de Sagua la Grande, demuestra cómo se cumplen los sueños del Hombre de la Edad de Oro, por eso para quienes transitan por la misma, esta gran familia, conoce la responsabilidad de ellos para hacer más placentera la vida y que a la vuelta de los años, se conviertan en hombres dignos y se sientan felices de vivir en esta tierra.
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