17 de junio de 2010, 14:41Los Angeles, 17 jun (PL) El cantautor cubano Silvio Rodríguez entró en California envuelto en una corriente cálida soplando en honor de su música y su talento, respirable en el Paramount Theatre de Oakland, palpitando en cada una de las tres mil 500 almas allí reunidas.
Es la primera vez que piso suelo californiano, dijo apenas entrar el 12 de junio último al escenario, se que hay muchos latinoamericanos y mexicanos. En esta porción de Estados Unidos viven 12,4 millones de latinos, y sus habitantes se ufanan de seguir un sendero propio, de espaldas al conservadurismo que permea los sectores oficiales.
Aunque la prensa no se desbordó en parabienes, la conexión artista-escenario fue vibrante, sostenida en todo momento a brazo tendido por los espectadores, como lo resalta una brillante crónica de Manuel Murrierta Saldívar -publicada en la revista digital Cañasanta.com- en la que expresa que a Silvio le bastó su voz fina, nítida, inderrotable.
Metal casi cristal en la garganta, como dirían en Cuba recordando a uno de sus poetas señeros, Emilio Ballagas.
Las ciudades de la bahía, comenta Saldívar, no se andan con medias tintas.
La alcaldesa de Richmond, Gayle McLaughlin, presente en el concierto, quien tanto ha apoyado la lucha por la libertad de los Cinco antiterroristas cubanos presos en cárceles estadounidenses hace más de 12 años, y también defendido el derecho a las visitas familiares, envió a través de su Alcaldía un mensaje de bienvenida.
"En nombre de la Ciudad de Richmond, es un placer darle la bienvenida al Área de la Bahía de San Francisco a Silvio Rodríguez, músico cubano y líder del movimiento de la Nueva Trova. El Área de la Bahía es un estandarte de solidaridad y orgullo con un profundo compromiso de establecer relaciones normales con nuestro país vecino, Cuba", subraya el texto.
Una joven funcionaria, en perfecto español, anunció la entrega de sendos reconocimientos, de parte de las autoridades de San Francisco y Oakland "por su música que reivindica y hace valorar al amor, por su postura contra el neoliberalismo y el imperialismo que ha provocado "nuestro país".
Así lo dijo, reseña Saldívar, mientras en las primeras butacas se encontraban oficiales de las alcaldías y a unas cuantas millas el poderoso centro financiero con sus bancos imperiales como el Transamerica o el Wells Fargo.
Durante todo el trayecto de su gira, iniciada el 4 de junio en un Carnegie Hall neoyorquino repleto hasta el tope, Silvio Rodríguez no ha cesado de abogar por la libertad de esos Cinco, "a quien nosotros llamamos héroes", y dedicar a todos ellos, en la persona de Gerardo Hernández, la Canción del elegido.
Al músico cubano no le hicieron falta ni aditamentos especiales ni la gigantesca parafernalia de los megaconciertos que pululan hoy día en el mundo. Le bastó con su música y su arte, con una percusión surgida de las entrañas de su tierra, las cuerdas y vientos de Niurka González, pulsados con una poesía profunda y la magia del trío Trovarroco.
Antes del último adiós, se vio obligado a regresar siete veces al escenario, reclamado por la pasión insaciable del auditorio.
Hoy lo esperan aquí en Los Angeles seis mil espectadores en el Gibson Amphitheatre, en las instalaciones de los estudios Universal, en el centro mismo de Hollywood. Es presumible que ondeen en el aire, com |
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