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Por Ricardo R. González

Foto: Carolina Vilches Monzón

Uno de los resultados que exhibe la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital pediátrico universitario José Luis Miranda, de Villa Clara, es la supervivencia por encima del 90 %, considerada notoria a tenor de las características de los infantes que requieren el servicio.

La sección reporta 250 ingresos en el transcurso del año y solo 22 fallecidos, cifra que disminuye comparada con igual etapa de 2015, mientras que en menores de un año las estadísticas de decesos experimentan un comportamiento similar.

Según explicó el doctor Yandry Alfonso Chang, vicedirector de la institución hospitalaria, los diferentes estadios infecciosos (sepsis) figuran entre las principales causas de ingreso, sin descartar los tumores cerebrales, afecciones oncohematológicas, accidentes en la edad pediátrica, o infantes que han requerido complejas intervenciones quirúrgicas, en su mayoría por causas irreversibles para la vida.

Dotada de 10 camas, la UCI recibe de 30 a 40 infantes promedio por mes, en tanto el Estado cubano debe desembolsar de 2 mil 500 a 3 mil dólares por paciente en cada día de acuerdo con la gravedad y requerimientos.

A pesar de dichas contingencias y de un período en que despuntan las incidencias de enfermedades respiratorias resulta destacable la entrega y profesionalidad de todo su colectivo que enfrenta las limitantes de instrumental, insumos o recursos humanos presentes en la cotidianidad.

La dependencia pediátrica figura entre las mejores de su tipo en el país desde su constitución en la década de los 80, y resulta puntera en el aporte a los indicadores de mortalidad infantil exhibidos por Villa Clara.