Fuerte corriente impide a Penny Palfrey cruzar estrecho de la Florida
La nadadora de largas distancias Penny Palfrey abandonó sus  intento de convertirse en la primera mujer en nadar sin asistencia desde  Cuba hasta los Cayos de Florida, poniendo fin a su travesía luego de  casi 41 horas en el agua y cuando ya había completado tres cuartas  partes de los más de 161 kilómetros de su recorrido, dijo el domingo su  equipo de apoyo.
Andrea Woodburn, miembro del equipo, dijo por teléfono que la  nadadora australiana suspendió el intento alrededor de la medianoche  cuando estaba unos 42 kilómetros al sur de Cayo Hueso a causa de una  fuerte corriente contraria.
"Ella está bien", dijo Woodburn desde Cayo Hueso, sin dar más  detalles. Woodburn dijo que había estado en contacto con el bote de  Palfrey y que le dijeron que la nadadora tuvo que salir del agua al  encontrarse con la fuerte corriente.
Antes de suspender el esfuerzo, Palfrey se encontraba en perfectas condiciones, a excepción de algunas picaduras de medusas.
Palfrey, que nadaba de manera constante y con brazadas firmes, no se  había quejado de su estado físico. Alrededor de las 8.30 de la noche  (0030 GMT) del sábado, con unas 37,5 horas de nado, había completado un  trayecto de 122,31 kilómetros (76 millas) con lo que había superado su  marca personal del año pasado de 108 kilómetros (67 millas) entre las  islas Pequeño Caimán y Gran Caimán, dijo la integrante de la  tripulación, Andrea Woodburn.
Alcanzó la mitad del trayecto cerca del mediodía, de acuerdo con un  aparato de Sistema de Posicionamiento Global (GPS) instalado en el bote  de asistencia que se desplaza a unos metros de distancia de la nadadora,  se informó en la página de internet de la deportista. Según el GPS, el  sábado por la noche estaba a unos 61,15 kilómetros (30 millas) al  suroeste de Cayo Hueso.
Palfrey volvió a aplicarse protector para la piel así como lubricante  para impedir rozaduras y dijo que las condiciones del agua son  excelentes, salvo por el calor extremo. Incluso detectó algunos  tiburones martillo y algunos grupos de delfines. Los integrantes de la  tripulación dijeron que Palfrey daba órdenes a gritos a los miembros del  equipo que la acompañan en kayaks y un catamarán mientras mantenía un  ritmo muy fuerte en una batalla que pone a prueba los límites de la  resistencia humana.
Antes, a las 8.38 de la mañana (1248 GMT), cuando Palfrey llevaba  poco más de 25 horas de nado, la deportista y abuela de 49 años, se  ubicaba a 77 kilómetros (48 millas) de la marina de la que había partido  en la capital cubana, dijo a The Associated Press, Scott Wooeburn,  parte del equipo de llegada a tierra de la deportista en los Cayos de  Florida.
Palfrey, veterana de 20 años en el nado de grandes distancias, ha padecido antes las picaduras de las medusas, que la obligaron a abortar dos cruces en Hawai.
La nadadora australiana de origen británico emprendió su trayecto la mañana del viernes en La Habana.
Un miembro de su equipo enviaba tuits a los simpatizantes de Palfrey,  mientras un cibersitio iba actualizando su posición cada diez minutos  en base a datos de un GPS usado por la nadadora.
El sitio dejó de funcionar por poco tiempo de la noche a la mañana  debido a que hubo que reajustarlo, pero el sábado en la mañana estaba de  nuevo en servicio.
Si hubiese tenido éxito, se habría convertido en la primera mujer en nadar entre Cuba y la Florida sin una jaula de protección contra los tiburones. Dependió solamente de un dispositivo que la rodea de un campo eléctrico como defensa. Su equipo de apoyo consistió de más de una decena de navegadores, auxiliares y personal médico que la escoltaron en el catamarán Sealuver, de 13 metros (44 pies).
 
       
		 
 
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