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Llamado a salvar el planeta inaugura conferencia de Durban


    

Conferencia de Durban La XVII conferencia de la ONU sobre cambio climático quedó inaugurada hoy aquí con llamados a hacer frente al calentamiento global como una cuestión de vida o muerte.
En su alocución, el presidente sudafricano, Jacob Zuma, exhortó a las agencias de Naciones Unidas, los Estados y las partes de la Convención de la ONU sobre el tema a encontrar una solución en Durban, y obrar hacia un resultado equilibrado, justo y creíble.

"Aquí Nelson Mandela depositó su voto por primera vez el 27 abril de 1994, lanzando una nueva época en este país. Con un buen liderazgo nada es imposible en Durban... y el cambio climático es una cuestión de vida o muerte", consideró el dignatario.

Zuma insistió en que durante la conferencia, que se extenderá hasta el próximo 9 de diciembre, debe primar el espíritu multilateral, basado en las normas de la Convención sobre Cambio Climático y el Protocolo de Kioto.

Al respecto precisó que debería llegarse a un acuerdo sobre el segundo período de compromisos de Kioto y lograr un pacto acerca del carácter que tendrá el sistema futuro de enfrentamiento al cambio climático.

El Protocolo fue aprobado en 1997, ratificado por 156 gobiernos y, finalmente, rechazado por dos de los principales contaminantes del mundo, Estados Unidos y Australia.

Otros países como Japón y Canadá también se oponen a un nuevo capítulo.

Su texto establece el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en una media del 5,2 por ciento con respecto a los niveles de 1990 para el año 2012.

El presidente Zuma consideró además necesario lograr el financiamiento a los países subdesarrollados para ejecutar acciones de mitigación y adaptación a través de Fondo Verde del Clima, cuya génesis fue aprobada en Cancún hace un año.

Por otra parte, afirmó que las soluciones frente al cambio climático no deben disociarse de la lucha para erradicar la pobreza.

En ese sentido, recordó la vulnerabilidad de Africa a los efectos del calentamiento global, un continente donde la producción agrícola en muchos países va a disminuir en un 50 por ciento desde ahora hasta el año 2050.

"Las tierras para cosechar alimento para el ganado se están perdiendo, surgen guerras entre pueblos que vivían en paz, las sequías en Somalia provocan desplazamientos y conflictos, las inundaciones afectan directamente a la gente, que pierde sus hogares, sus trabajos, sus medios de subsistencia", manifestó el mandatario.

La XVII reunión de la convención que comenzó hoy se realizará de manera alternada con la VII conferencia de las partes del Protocolo de Kioto.

Estas citas suceden a sus similares de Cancún, México, escenario donde no se logró comprometer a los máximos contaminantes del planeta a asumir nuevas metas para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Ese anhelo en realidad resultaba ambicioso para los organizadores de las reuniones de Cancún, que tuvieron como prioridad rescatar el espíritu multilateral de estas negociaciones, desecho en Copenhague por Estados Unidos y un grupo de países.

Las desavenencias, los desacuerdos y las asimetrías entre naciones desarrolladas y en vías de desarrollo vencieron en la cita de Cancún, que después de dos semanas de discusiones solo pudo mostrar decisiones muy políticas que apenas lanzaron hacia el futuro el proceso de negociación sobre el calentamiento global.

El cuarto informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático indica que entre los años 1906 y 2005 se registró un incremento de las temperaturas medias globales de 0.74 grados centígrados, y el rango de aumento para la última década de este siglo oscilaría entre un 1,1 y 6,4 grados.

El incremento en una cifra cercana a los siete grados, como promedio en los dos siglos, tendría consecuencias catastróficas para la humanidad, particularmente para las naciones más vulnerables, y entre ellas las islas.

Al hacer hoy entrega de la presidencia de la conferencia a la ministra sudafricana de Relaciones Exteriores, Maite Nkoana-Mashabane, la canciller de México, Patricia Espinosa, señaló que la gravedad del problema está frente a todos.

"Hemos dados pasos importantes pero sin duda hay que hacer más, tenemos elementos que nos permiten dar otro paso trascendental, cada uno de nuestros países debe contribuir a este objetivo de acuerdo a sus capacidades y responsabilidades", subrayó.

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