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A mi Entender

Los símbolos nacionales son la Patria misma

La Bandera Nacional fue creada en 1849 por Miguel Teurbe Tolón y de la Guardia, a partir de una solicitud de Narciso López.
 Foto: Jorge Luis González

Siempre que hablo de los símbolos nacionales recuerdo una anécdota personal. Al lado de la casa de mis padres, en Trinidad, vivía un mambí, había sido Alférez del Ejército Libertador y era hijo del General Lino Pérez Muñoz, insurrecto en las guerras por la independencia. Dada la gran amistad de nuestras familias, le visitaba frecuentemente y me relataba sus experiencias en la manigua. Cuando enfermó, momentos antes de morir, el anciano se irguió en su lecho y con los ojos muy abiertos gritó: ¡La bandera, la bandera, que no toque el suelo!, y luego se desplomó. Apenas era un estudiante de secundaria, pero pude apreciar entonces, el gran amor de ese hombre por salvaguardar un símbolo que expresaba el sacrificio de un pueblo por su libertad.

Los símbolos nacionales van a ser la representación nacional e internacional de los estados, constituyendo una expresión de su historia. Es por ello que en las Constituciones de Cuba, desde Guáimaro el 11 de abril de 1869 hasta la vigente, proclamada el 24 de febrero de 1976, han quedado consagrados la bandera de la estrella solitaria, el himno de Bayamo y el escudo de la palma real como los símbolos de la nación cubana.

La Bandera Nacional fue creada en 1849 por Miguel Teurbe Tolón y de la Guardia, a partir de una solicitud de Narciso López. Los elementos que la conforman son la estrella solitaria de cinco puntas que simboliza la re­pública libre, independiente y soberana, así como la unidad de los cubanos. El triángulo equilátero representa los ideales históricos de libertad, igualdad y fraternidad. El color rojo ubicado dentro del triángulo alude a la sangre derramada en la lucha. Las franjas blancas la pureza de los ideales y la virtud de los cubanos. Las azules revelan las elevadas y gloriosas aspiraciones de nuestros patriotas y, de conjunto, expresión de la división administrativa de Cuba en la época colonial.

La letra y melodía del Himno Nacional, fueron compuestas por Pedro Figueredo Cis­neros y orquestado por Manuel Muñoz Ce­deño, cantado en su forma original por el pueblo cubano el 20 de octubre de 1868 al ser to­mada por nuestros patriotas la ciudad de Ba­yamo; esto explica el no contar con la partitura original, y las alteraciones que sufrió la me­lodía. En 1983, el investigador y musicólogo Odilio Urfé presentó ante la Asamblea Na­cional del Poder Popular una versión definitiva del Himno Nacional, la que se aprobó al sancionar la Ley 42 del 27 de diciembre de 1983, Ley de los símbolos nacionales.

Es un himno de combate, surgido en el fragor de las luchas por nuestra independencia, que llama a defender la Patria y ofrendar la propia vida en busca de la ansiada libertad.

El Escudo Nacional está inspirado en el que diseñó Teurbe Tolón y su forma vigente fue adoptada en la Asamblea de Guáimaro al crearse la República de Cuba en Armas.

El cuerpo superior horizontal representa un mar con dos cabos o puntas terrestres a sus lados y una llave dorada lo cual simboliza la posición geográfica de Cuba entre el Norte y el Sur de América. Al fondo un sol naciente esparce sus rayos, que recuerda el surgir luminoso del naciente estado.

El cuerpo inferior derecho tiene cinco bandas blancas y azules que tienen igual significado que las existentes en la Bandera Nacional.

En el cuerpo inferior izquierdo un paisaje presidido por la palma real, árbol que tipifica lo cubano, con el botón de su hoja central en lo más alto, emblema del carácter indoblegable del pueblo.

El gorro frigio de color rojo, vuelto hacia la derecha, que sobresale por la parte superior, significa la libertad obtenida por nuestro pueblo; en él aparece en su parte central, una estrella blanca de cinco puntas, que representa el estado independiente.

Se sostiene por un haz de 11 varillas, unidas por una cinta roja que encarna la unión de todos los cubanos que nos da la fuerza.

Una rama de laurel y otra de encina orlan a su izquierda y derecha, la primera representa la fortaleza y la segunda la victoria.

La vigente ley que norma entre otros temas el uso de los símbolos nacionales es marcadamente restrictiva en cuanto a esto, pero más que las prohibiciones que pudiere establecer una legislación, lo esencial es la conciencia que cada cubano tenga de que los mismos representan una nación que se formó y alcanzó su libertad e independencia con el sacrificio de un pueblo heroico y valiente. Simbolizan la grandeza de Martí, la valentía de Maceo, la hidalguía de Céspedes, la sangre virtuosa que se derramó en el Moncada, en Girón, en todas y cada una de las batallas libradas.

Luego nada puede justificar actos irrespetuosos para con los símbolos nacionales, como es el caso de usar la Bandera, como delantal, como parte del vestuario en una comparsa de carnaval, modificar y sustituir los elementos que la conforman, supuestamente amparados en una licencia artística, continuar caminando y conversando cuando se iza el pabellón nacional o se escucha el Himno. ¿Cómo se puede explicar que haya personas que no conozcan la letra del Himno o no lo entonen a viva voz en los actos en que se utilice?

La veneración a los símbolos nacionales es expresión del amor que profesamos a la Patria, a nuestra historia, es parte indisoluble de nuestra ética social y refleja el cumplimiento de los deberes que nos impone el ser ciudadanos de este país.

Todos tenemos la obligación de respetarlos y honrarlos, como expresión de la abnegación y el esfuerzo de los cubanos por salvaguardar con dignidad y entereza la Patria que nos legaron nuestros padres.

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