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Una perra china y una gatica siamesa expresan un amor no característico en razas tan diferentes.

Camagüey.— Mariela Valdés Michel es una señora que observa un espectáculo amoroso las 24 horas del día entre sus mascotas: Toaila, perrita china de cuatro años de vida, y su gatica Samanta, de tres meses de nacida.

Mariela, quien vive en esta ciudad legendaria, es por estos lares muy famosa, pues sus animales de razas distintas y opuestas han renunciado a las diferencias que impone la Naturaleza para unirse en el amor que expresan ambos.

«Mi Samanta llegó a casa muy chiquita y parece que, buscando el amor de madre, se abrazó a la muy testaruda Toaila, y esta la aceptó como una de sus hijas, incluso sin estar preñada ni parida», dijo esta camagüeyana a JR.

Samanta no solo le succiona las tetillas a la perra Toaila, en la que no encuentra leche, sino que la acaricia y juguetea constantemente. «Mi perra se deja a las mil maravillas», expresó la dueña de los animales.

Por el momento, el espectáculo de amor, que detiene el paso de los transeúntes frente al hogar de Mariela, constituye un gesto de asombro por la ternura y belleza que expresan estas mascotas.

Y mientras las fotografías de visitantes curiosos captan tanta locura, bien vale la pena seguir amando como la siamesa Samanta y la perra china Toaila.

(Con información de Yahily Hernández Porto. Juventud Rebelde)