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A mi Entender

Cuando la esperanza alcanza

La conmovedora historia de la actriz Patricia Ramírez, un testimonio desgarrador sobre la lucha por la vida.

Llevamos ya casi una hora conversando cuando se acerca un joven uniformado y le dice a Nilda que la llamaron por teléfono otra vez. Es la tercera ocasión ya, le comenta. Este es el rehabilitador físico de Patri, me ex­plica ella. Es que todos los días me llaman de Cuba entera para saber de la niña, agrega con ojos de madre agradecida.

Nilda González no se niega a hablar del estado de su hija. Ama­ble­mente me recibió en el Centro Inter­nacional de Restauración Neu­ro­lógica (Ciren), don­de se encuentra ingresada la joven, y conversamos por casi dos horas.

Sabe que todo el que se sienta frente a la pantalla de su televisor ca­da martes, jueves y sábado, pa­ra disfrutar de un nuevo capítulo de la te­le­novela Cuando el amor no al­canza, se pregunta qué ha sido de la joven actriz que tuvo aquel inesperado ac­cidente que le impidió continuar con la filmación.

Patricia Ramírez González, o Lei­da, como la conocemos los cubanos, fue víctima de un accidente au­to­movilístico el 17 de abril del 2014, producto del cual sufrió múltiples traumas craneales y otras alteraciones que le imposibilitaron seguir con el curso normal de su vida.

En el momento del accidente la joven se en­contraba inmersa en la filmación de la telenovela Cuando el amor no alcanza, escrita por Mai­­té Vera y dirigida por Jorge Alonso Pa­dilla, quien tomó la decisión de utilizar a la actriz An­gélica María para sustituir a Patricia en el personaje de Leida, y así continuar con el rodaje.

LA NIÑA QUE SOÑABA CON SER ACTRIZ
Patricia nació el 8 de noviembre de 1990 en Placetas, Villa Clara. Cuando tenía entre cuatro y cinco años nos mudamos para Sancti Spí­ritus, donde actualmente vive su fa­milia. A partir de décimo grado co­menzó a estudiar en la Academia de Actuación Sa­muel Feijóo, de Villa Clara, explica la madre.

Luego de graduada, pasó los dos años de ser­vicio social en el villaclareño Grupo Dripe, de teatro para niños, y una vez en La Habana co­mienza a trabajar con Toni Díaz en Mefisto Teatro.

En televisión había incursionado en Tras la huella, en la novela La otra esquina hizo un pe­queño personaje de reparto, y durante casi un año condujo un programa musical en el Canal Edu­cativo.

Yo he visto la novela Cuando el amor no alcanza con mucha valentía y no he echado ni una lágrima. La veo porque la disfruto, porque es la manera que tengo de recordar cómo era. Pero me está haciendo daño, y lo peor es que ya se me está acabando, me dice Nilda, a punto de dejar escapar las lágrimas que con tanta firmeza se ha negado a liberar desde que fuera estrenada la telenovela en el pasado mes de mayo.

VEINTIOCHO DÍAS EN COMA
En la noche del 17 de abril del 2014 Patricia pa­seaba con unos amigos. En la avenida 31 doblando por la calle 18, un auto impactó la puerta trasera del vehículo donde viajaba la joven, la única que sufrió daños severos producto del choque.

En la Clínica Internacional Cira Gar­cía, institución de salud más cercana al lugar del incidente, le prestaron los primeros auxilios, y la trasladaron posteriormente al hospital Calixto García.

El estudio al ingresar identificó un trauma craneal severo con toma del estado de conciencia, fractura de la pelvis del lado izquierdo y fractura también del hombro derecho a nivel del húmero, explica el doctor Amado Díaz de la Fe, jefe del equipo médico que atiende actualmente a Pa­tri­cia en el Ciren.

Se advirtió un cuadro crítico, con una hemoglobina baja, se le realizó una Laparotomía Ex­ploratoria y se encontró hemorragia interna por ruptura Esplénica, es decir, se descubrió una ruptura del bazo, el cual se extirpó y se yuguló el sangramiento, continúa el doctor Díaz de la Fe, especialista en neurología.

Patricia fue llevada entonces a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde permaneció con ventilación artificial y con otras asistencias necesarias debido a su falta de conciencia. A los 14 días se le practicó una traqueotomía para mejorar la ventilación y a los 28 días logró despertar del estado de coma.

Esos días en terapia intensiva sufrió un cuadro de infecciones, problemas respiratorios, neumotórax y problemas de presión arterial. Los partes médicos eran desgarradores, siempre la definían en estado crítico, recuerda Nilda, conmovida.

A los 58 días fue trasladada a la Unidad de Cuidados Intermedios (UCIM), donde permaneció cuatro meses.

En ese tiempo recibimos mucho apoyo del personal del hospital. Todavía hoy me llaman del Calixto García para saber de Patri. Los trabajadores de la Casa Productora de Telenovelas y de la Agencia Actuar, Padilla el director de la novela, los actores, todos pasaban casi todos los días por el hospital, comenta con gratitud la madre de la joven.

EN MANOS DEL CIREN
Antes de llegar al Centro Internacional de Res­tauración Neurológica en abril del 2015, Pa­tricia Ramírez fue atendida en varios centros de salud de la capital como el Hospital Clínico Qui­rúrgico Hermanos Ameijeiras y el Instituto de Neurología y Neurocirugía.

Durante este tiempo la paciente presentó episodios de Hidrocefalia, por lo que fue intervenida quirúrgicamente en varios momentos, entre otras complicaciones que pueden aparecer en pacientes como Patricia, explica el doctor Amado Díaz de la Fe.

En el Ciren fue evaluada por un equipo multidisciplinario de especialistas que detectaron en ella algunas comorbilidades que era necesario erradicar, antes de enfocarse en el trabajo neurológico, esfera donde sin lugar a dudas este centro cuenta con un merecido prestigio a nivel internacional.

La paciente llegó con una gastrostomía porque no coopera para la alimentación y tiene además una traqueotomía que, aunque ella ventila es­pontáneamente, se decidió mantener por el mo­mento, expone el doctor Díaz de la Fe.

Teniendo en cuenta las características de las lesiones sufridas por Patricia y el cuadro neurológico actual, se adoptó un protocolo de atención médica integral de acuerdo con las necesidades, indicó el doctor Díaz de la Fe.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Producto del trauma craneal severo que sufrió la joven, ha quedado en un estado que el equipo multidisciplinario identifica como trastorno de mínima conciencia en correspondencia con los criterios internacionales.

Según el neurólogo, Patricia no tiene reconocimiento de sí misma ni del entorno, pero tiene suficiente vitalidad para realizar el ciclo sueño-vigilia y es capaz de mantener una respiración y una digestión adecuadas, aunque la ingestión debe ser asistida.

Como parte de la adaptación del tratamiento neuro restaurativo que lleva a cabo el Ciren en el caso de la joven actriz, se trasladaron los equipos médicos necesarios, así como las consultas y la aten­ción directa de especialistas y enfermeras has­ta su propia habitación.

Se decidió comenzar a realizar un programa terapéutico multifactorial no intensivo, pues la paciente presenta varias limitantes para su manipulación, el cual incluye Logopedia, Defectología y Acondicionamiento físico general, dando prioridad a la estimulación sensorial permanente, asevera el jefe del equipo médico.

“Incorporamos además a su esquema de tratamiento la estimulación cerebral no invasiva con corriente directa, realizada por especialistas con experiencia en este tipo de intervención. Se le aplican estímulos a áreas específicas del cerebro, en este caso en la región prefrontal izquierda. Están planificadas 30 sesiones, las cuales no han culminado aún”.

EVOLUCIÓN
En estos momentos estamos enfrascados en un tratamiento integral multidisciplinario e interdisciplinario que abarca desde el abordaje farmacológico, el cuidado especial de este tipo de pa­cientes e intervenciones directas con terapistas fí­sicos, defectólogos, logopedas. Además, se ha tratado con magnetoterapia, laserterapia y electroestímulos, resume el doctor Amado Díaz de la Fe.

El especialista se muestra optimista y explica que la evolución y la respuesta al tratamiento, si bien es cierto que no han sido del todo favorables, tampoco han sido negativas.

Comenta que hasta ahora es positivo el hecho de que Patricia Ramírez haya tolerado y asimilado todas las intervenciones.

Mas, en estos casos, para hablar sobre la evolución se usa el término médico de pronóstico reservado, porque es impredecible, no se puede saber que con determinadas intervenciones ella va a llegar a determinados resultados, continúa.

Lamentablemente no existe hoy un medicamento que posibilite el paso del paciente de un estado neurológico a otro. En el mundo no se registra evidencia científica ni hay guías prácticas clínicas específicas que planteen cómo trabajar con este tipo de paciente, pues lo reportado son apenas experiencias de experto con pequeñas muestras de casos, explica el Dr. Díaz de la Fe. Hasta ahora solo podemos decir que la tolerancia es buena y la respuesta aceptable, concluye el especialista.

Pero Nilda González no se conforma. Man­tiene la esperanza de que un día su Patri despierte y vuelva a ser la niña excepcional, madura, responsable, solidaria y alegre que siempre fue, ro­deada de amigos que la quieren y que, como ella, la esperan.

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