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A mi Entender

Villa Clara a mitad del camino al trono

13 junio 2013 
Foto: Anaray Lorenzo/Bohemia.

Foto: Anaray Lorenzo/Bohemia.

Más homogéneo y eficaz. Más exacto y preciso. Más oportuno y coherente. Más integral y poderoso.

Más, mucho más ha sido Villa Clara que Matanzas en dos días y, con el éxito 8×1 en la madrugada de este jueves, se colocó justo en la mitad del trayecto que puede llevarlo a ceñirse la corona de la pelota cubana.

Si antes de la final de esta LII Serie Nacional era un sacrilegio pronosticar el ganador, y especialistas y aficionados dividían criterios a propósito de sus simpatías con la filosofía de juego de uno u otro equipo, el arranque del play off ha inclinado sobremanera, en la grama del Victoria de Girón, la balanza que predecían las nóminas y el desempeño de ambos en la segunda fase de la temporada.

En los grandes momentos, en situaciones límites, en los turnos ofensivos de vida o muerte, en los innings urgidos de un escón, en los pequeños detalles, en la defensa, la ofensiva y sobre todo en el pitcheo, las huestes de Moré le han impartido una cátedra a sus rivales.

Para muestra, el segundo juego nos regaló un botón, en el compás del final de la segunda entrada al principio del tercero, ilustrativo como pocos.

Transcurrieron alrededor de dos horas de inacción a causa de la lluvia. Y, al reanudarse las hostilidades, a las 10:40 de la noche, Guillermo Heredia inauguró el marcador con un jonrón ante el primer pitcheo de Misael Siverio, el abridor.

Respondió inmediatamente Villa Clara con otro jonrón, también solitario, de Yeniet Pérez, ante el yumurino Yoel Suárez, también abridor. Y así, empatado 1×1, llegó el partido al final del segundo acto.

Fue cuando Lázaro Herrera inició con biangular pero Matanzas terminó sin nueces. Es que, primer dislate, Yasiel Santoya intentó tocar sin cuadrarse, ya con un strike en su cuenta, para ponerse a un paso del abismo en que finalmente cayó (¿Por qué sacrificarlo, si a Siverio le estaban conectando con fortaleza hasta ese momento y, encima, en el play off le habían disparado 11 indiscutibles en diez entradas?).

Se ponchó el inicialista y a seguidas, con rolling al campocorto, el receptor matancero, craso error, salió disparado para la tercera almohadilla, sin poder alcanzarla por supuesto (un gazapo común ya en nuestra pelota). Luego, divinidad del béisbol, vino un doble al jardín derecho de Aníbal Medina, antes del ponche a Víctor Víctor Mesa que cerró la entrada.

¿Cómo respondió Villa Clara? Con la sencillez y la fuerza del buen hacer en el diamante. Lo que no hicieron bien los Cocodrilos, sí lo hicieron las huestes de Ramón Moré.

Bien se sacrificó Sarduy detrás del boleto a Pestano y, aunque sobrevino el segundo out sobre Yuniet Flores (punto bajo en el line up), Yordan Manduley, con doble, y Borrero, con sencillo al central, impulsaron dos carreras que desequilibraron el marcador de una vez… y por todas.

Matanzas no capitalizó su oportunidad —ni esta, ni la otra que tuvo en el partido. Los Naranjas sí, sacaron zumo de casi cada una de las suyas. Y, a partir del primer tercio, delante 3×1, Siverio se pareció mucho al zurdo que ha sido durante casi todo el período 2012-2013 y que no apareció frente a Cienfuegos en la semifinal.

Su pitcheo (siete ponches y cinco hits hasta el séptimo capítulo), más el bateo de Manduley y los cuadrangulares de Edilse Silva y Ariel Borrero (solo bateó un jonrón en la fase preliminar y ha conectado dos en el Palacio de los Cocodrilos), hicieron inmensa en la pizarra la superioridad palpable sobre el diamante.

Tuvieron otra ocasión de achicar diferencias. En el quinto, con José Miguel Fernández, su tercer bate, en el cajón de bateo, dos outs y las bases llenas. Y el segunda base tuvo un gran contacto pero su conexión fue directo al guante, inseguro en el jardín derecho, de Edilse Silva.

Ya el score era de 6×1, Siverio tomó aire para dos ceros adicionales —con la ayuda de 18 kilates del cátcher Ariel Pestano— y los peloteros yumurinos, más el público, la mitad de las personas, si acaso, reunidas en el partido anterior— parecieron bajar los brazos.

Comenzó a vislumbrarse, con mayor claridad, el segundo triunfo en la final, su sexto en ocho desafíos de la actual postemporada, la victoria 18 de Villa Clara en los últimos 23 partidos y la décima derrota de un equipo de Víctor Mesa en los play offs por el título de la pelota cubana (0-4, dos veces versus Industriales).

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