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A mi Entender

Fiesta de la música en Italia abrirá sus puertas con Van Van

Juan Formell, director fundador de los Van Van

Ya se anuncia en Radio Mambo, una emisora que trasmite música latina las 24 horas. Un festival cultural que promete extenderse en Roma hasta septiembre, acogerá dentro de pocos días a la que llaman “la orquesta cubana más famosa del mundo”. Esta ciudad, que a sus 2766 años parece haberlo visto todo, pone cara de sorpresa para recibir a los Van Van, quienes desfilarán en los próximos días por aquí, junto a otras agrupaciones de la Isla.

Tal vez sin proponérselo, Juan Formell logrará lo que Cuba no puede conseguir tan fácilmente en la prensa de este país. La alegría natural de nuestra música es más fuerte que el tono monocorde con que periódicos y estaciones de televisión, tanto privados como públicos, hablan de Cuba. Sin ahondar demasiado, cualquiera se percataría de que las puertas de los medios se abren o cierran según intereses aparentemente infranqueables, incluidos los del imperio de Silvio Berlusconi.

Aún en medio de sus deudas con la justicia, y los escándalos sexuales o de corrupción que le acosan, “Il Cavalieri” sigue administrando a su antojo tres canales de televisión privados, un segmento mayoritario del mercado publicitario e, indirectamente,  algunos canales de la televisión pública. Si alguien quisiera explicarse por qué Berlusconi conquista a estas alturas a un tercio del electorado italiano, tendrá que buscar en el embrujo de los medios por lo menos una parte de la respuesta.

Con una lozanía cincelada  para las cámaras, el líder del Partido Pueblo de la Libertad (PLD) constituye uno de los referentes mundiales de la política mediática. Pero no es el único. El cómico y actor Beppe Grillo dirige una fuerza relativamente nueva, el movimiento Cinco Estrellas, cuyo liderazgo ha crecido a fuerza de articulaciones en Internet y de una combinación singular entre  redes sociales y televisión. Muy poca gente se pregunta si el programa de Grillo logrará sacar al país de la crisis. Lo que importa más bien es saber cuántos se dejarán seducir por las astucias de su marketing político.

“Este país está más desordenado que nunca”- comenta Marco Papacci, dirigente de la Asociación Nacional de Solidaridad Cuba-Italia, en alusión a una crisis de partidos y de modos tradicionales de hacer política, que no permiten crearse demasiadas expectativas en el futuro inmediato.

Durante un encuentro con la Refundación Comunista y el Partido Comunista, líderes de ambas fuerzas políticas lo confirman. Dichas toldas exploran nuevas maneras de posicionarse dentro de un espectro fabricado para desbancar a la Izquierda. Un activismo mayor del Estado en la gestión económica causa pavor en Roma y en Bruselas, justo cuando la tecnocracia ha sido instalada en el gobierno italiano para garantizar que se apliquen,  a pie y juntillas, las políticas de ajuste proclamadas por Angela Merkel desde Berlín.

Pero, lejos de entusiasmar, las cifras de la economía italiana amenazan con traer aún más descreimiento. Para muchos, las consecuencias de lo que se vive aquí son peores que las del crack del 29.  Solo en el lapso de 5 años, entre 2008 y 2013, Italia ha perdido el 8.3% de su Producto Interno Bruto. La producción industrial cayó en 21% y las inversiones se redujeron en un 17%. Según estimados, se necesitarán por lo menos 10 años para llegar a los valores de crecimiento del 2007.

De todo eso se habla en un encuentro de solidaridad con Cuba ocurrido en Milán, donde llueven las preguntas en torno a la actualización del modelo económico y, en general,  las transformaciones que tienen lugar en la mayor de las Antillas. No solo hay italianos, sino también emigrados de la Isla que han enfrentado en Europa una realidad bien distinta a la que imaginaron.  No idealizan a su país de origen, pero reconocen en muchas de las conquistas de Cuba aspiraciones irrealizadas en Italia, a pesar de las vitrinas que Ferrari, Fiat y otras grandes empresas imponen a primera vista.

Aunque sufren en su cotidianidad los embates de la crisis, tratan de sortearlos a costa de ayudarse mutuamente y articularse cada vez más. En asociaciones como Cuba bella, Siboney y Mediterráneo Caribe crece permanentemente el número de afiliados. Seguramente muchos de ellos estarán en el concierto de Van Van este 23 de mayo, o en otros posteriores que acogerán a Adalberto Alvarez, Charanga Habanera, Manolito Simonet y Gente de Zona. Más allá de lo que cualquiera pudiera comentar en Italia sobre la Isla, la música cubana, una vez más, habla por sí sola.

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