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A mi Entender

Wilber Pérez, se mantiene como máximo ganador de la presente Serie Nacional de Béisbol

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Wilber Pérez, lanzador zurdo de la Isla de la Juventud. Foto: Juan Moreno

Quiso el calendario que el equipo de la Isla de la Juventud retomara en esta ciudad su tránsito por la presente Serie Nacional, y hacia aquí vinimos «persiguiendo» al elenco que, contra cualquier pronóstico, marcha por delante de varias de las más encumbradas novenas de la pelota cubana.

La tropa pinera amaneció este sábado en la segunda posición de la tabla gracias a otra excelente faena monticular del zurdo Wilber Pérez, quien ha firmado siete de las 17 victorias acumuladas por su equipo en lo que va de campaña.

«Está corriendo», nos dijeron a nuestra llegada al remozado estadio 26 de Julio, y cuando regresamos en su búsqueda andaba bate en mano desafiando a quien surtía de lanzamientos a sus compañeros de equipo durante el calentamiento previo al duelo sabatino. «Es que siempre me ha gustado y doy buenos batazos», nos confesó entre risas este granmense de nacimiento, quien  espera terminar el próximo año la Licenciatura en Cultura Física, orgulloso y feliz por el buen momento que atraviesa.

—¿Lo esperabas?

—Mucha gente me habla como si estuviera haciendo algo extraordinario, pero no es ninguna heroicidad. Simplemente estoy haciendo lo que tengo que hacer. Tengo que reconocer que cuando yo empecé había equipos temibles como los de Pinar del Río, Industriales, Santiago de Cuba, y ahora uno se para en el box frente a esos mismos equipos que están lejos de lo que fueron…

—Pero tú nunca habías tenido un balance así a esta altura de la temporada…

—Mira, en 2009, cuando el II Clásico Mundial, yo tenía ocho triunfos y una derrota en el juego 45, por eso no es nada nuevo. Ahora, como la presente Serie posee características diferentes, tenía que prepararme muy bien, tenía que estar en las mejores condiciones desde sus inicios. Yo soy el principal pitcher del equipo y estoy consciente de eso desde el principio. Por eso realicé un mejor entrenamiento, incorporé algunas cosas que no pude hacer hace un año por problemas personales y que motivaron que fuera una temporada de muy malos resultados.

—¿Ha influido también el nuevo concepto de la zona de strike?

— La gente habla de la zona de strike, hablan del bote de la pelota… y la pelota es la misma. El año pasado se jugó una parte con la Mizuno 150 y otra parte con la 200. No bota ni más ni menos. Lo que sí puede estar afectando a los bateadores es que todavía no se han habituado a tirarle a lanzamientos que el año pasado no se cantaban. A veces para el lado, a veces para arriba o para abajo, pero ahora se están cantando. Eso es lo que pasa.

«Esto le ha dado más confianza a todos los pitchers, porque hasta que no se adapten es un recurso más que uno tiene. Yo no he incorporado nada nuevo; sigo tirando los mismos lanzamientos, mantengo mi velocidad, lo que ahora con un poco más de cobertura en cuanto a la zona de strike.

—Has lanzado muy bien, pero pocas veces puedes completar un juego por los límites de lanzamientos. ¿Algún problema con eso?

—No me gusta. El pitcher se hace pitcheando. Tienen que coger palos para aprender. Pienso que algunos lanzadores como yo, con un brazo más maduro, llegan más frescos a esa cantidad. Esa debería ser una regulación para los más nuevos, acabados de salir de los juveniles, o en los dos primeros años en series nacionales. Pero el resto debería estar libre.

—¿Qué bateador se te hace más difícil?

—Para mí todos son difíciles, por eso les trabajo con el mismo interés y trato de dominarlos.

—¿Qué te han dejado los momentos que compartiste con reconocidos lanzadores pineros como Llanes, Gervasio Miguel…?

—Yo tuve la oportunidad de empezar en Series Nacionales cuando estaban ellos y otros como Garlobo. Pero no solo de la Isla, porque me fijaba en Faustino, en Lazo, en Ibar, entre otros que se imponían a casi todos los bateadores. Yo me acercaba a muchos de ellos cuando jugábamos contra sus equipos y le preguntaba cosas, como la manera de entrenar, cómo trabajar a tal bateador, cuál era la mejor forma de tirar determinado lanzamiento y eso me ayudó mucho.

—¿Cómo influye en los lanzadores el actual momento que vive el equipo?

—Nosotros salimos al terreno a hacer nuestro trabajo. Tratar de aguantar al contrario, sabiendo que el equipo está inspirado y que si logramos aguantar cinco o seis innings sin problemas, ellos responden a la ofensiva. Podemos salir de juego por la limitación de lanzamientos, pero casi siempre lo hacemos con ventaja porque estamos produciendo. Así, los relevistas también pueden hacer el trabajo más tranquilos.

—¿Las diferencias en el equipo de un año a otro?

—El año pasado no comenzamos bien, y aunque dimos un buen levantón, eso no bastó. Somos casi los mismos, salvo algún que otro cambio, y cuando terminó la pasada temporada casi todos nos mantuvimos preparándonos para seguir bien. Y eso nos ha permitido este buen comienzo.

—Pocas veces has logrado llegar a la preselección nacional. ¿Cuestión de suerte?

—Yo no puedo decir si ha existido justicia, si las cosas se han hecho bien o mal. Eso es consideración de la Dirección Nacional de Béisbol. En momentos no he estado bien, en otros sí y no me han llamado. Yo no decido, pero siempre he estado dispuesto y siempre me he sentido en condiciones de integrar cualquier equipo Cuba y defender la camiseta en cualquier lugar del mundo, como lo hice una vez en Holanda. No se me ha dado más la oportunidad. Conmigo se puede contar y hoy no hay muchos zurdos para escoger…

—¿Cómo ves las posibilidades del equipo en una segunda fase de la Serie?

—De pasar, y para eso no falta mucho, nosotros no tenemos nada que perder y jugaremos como hasta ahora, sin presión. Pierden los grandes equipos que clasifiquen si lo hacen mal, y son los que jugarán más presionados. Esos no querrán quedar nunca por debajo de nosotros. Si ganamos, ganamos doble.

—¿Son para ti una sorpresa estos resultados?

—Antes de empezar la Serie ya yo veía al equipo bastante acoplado. En la Copa que jugamos en Pinar del Río y luego en la Copa Antillana completamos una excelente preparación, sobre todo trabajando en jugadas tácticas, jugadas que ayudan a ganar un juego de pelota. Se critica mucho el toque en el primer inning y otras decisiones, y creo que en la pelota actual hay que hacer todo lo que sea para imponerse. Antes había jugadores que  conectaban un jonrón y te viraban el juego al revés; ahora nosotros no tenemos un hombre con esas posibilidades, por eso tenemos que jugar al toque, al corre-corre. Y gracias en parte a ese acople que están logrando los muchachos, es el resultado que ha salido.

«Además, la buena defensa que han tenido, la mejor del campeonato, es una garantía para todos los pitchers. Porque puedes tener muy buena ofensiva, pero si no te defienden, entonces no logras ganar».

—Si mantienes el paso, eres un gran candidato al Juego de las Estrellas. ¿Te gustaría que fuera ante tu público?

—No tengo conocimiento de que alguna vez se haya hecho en la Isla y claro que me gustaría, porque eso demostraría que el equipo no ha trabajado en vano. Sería una gran satisfacción para mí en este año, en el que también espero ser papá.

—¿Cuándo?

—Aproximadamente en el mes de mayo.

—Pero pudieras estar en ese momento jugando los play off…

—Al que le toca, le toca. Así podría dedicarle mis triunfos…

(Con información de Raiko Martín. Juventud Rebelde)

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