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Remedios celebra sus parrandas

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Texto y foto: Héctor Darío Reyes

Desde la fundación de la villa de San Juan de los Remedios, cada 24 de diciembre el tranquilo pueblo se profana en las parrandas o fiestas populares más importantes del centro de la isla.

Entonces, los barrios de El Carmen y San Salvador comienzan una lucha fraternal que han organizado en los 364 días restantes de año, sin que un barrio conozca los secretos del otro.
Las armas de enfrentamientos son los gigantescos trabajos de plaza, vistosas carrozas, y sobre todo el poder de fuego a través de fuegos artificiales que convierten, al cielo nocturno, en una antorcha encendida. Estas son el alma de las parrandas que cada 24 de diciembre profanan a la tranquila villa de San Juan de los Remedios.

Remedios: Plaza de las Parrandas

(Tomado del boletín semanal de la Industria Turística cubana)

La provincia cubana de Villa Clara, ubicada en la porción central de la mayor de Las Antillas, encierra un amplio abanico de atractivos para la creciente industria del ocio, apoyada en su naturaleza y tradiciones culturales e historia.

El citado territorio, punto de tránsito para miles de visitantes foráneos cada año, cuenta a su favor con la existencia de la villa de San Juan de los Remedios, octava entre las poblaciones establecidas por los españoles en la isla, con su nacimiento en el siglo XVI.

Una arquitectura bien conservada, con calles de trazos irregulares, caracterizan a la mencionada localidad, famosa además en el país y el exterior por las fiestas conocidas como las Parrandas de Remedios.

Consideradas las más antiguas de Cuba, las festividades surgieron gracias a la acción del padre Francisco Vigil de Quiñones, que oficiaba en la Iglesia de la Villa de San Juan de los Remedios.

El sacerdote, inquieto por la ausencia de feligreses a la llamada Misa del Gallo, ideó que muchachos del pueblo salieran a la calle y despertaran con ruido de pitos, fotutos y latas a los vecinos, dejándolos sin otra opción que abandonar sus camas y acudir a la convocatoria.

Esa singular y ruidosa iniciativa encontró raíces en la población, surgiendo así una de las festividades más atrayentes del país, y ya hacia 1871 adoptaron la estructura que en lo esencial mantienen en la actualidad.

En las populares Parrandas se "enfrentan" como contendientes los barrios de San Salvador, cuyo banco tiene el color rojiazul y el gallo como símbolo, y El Carmen, con el carmelita y representado por el globo.

Según la tradición, una vez que las campanas de la Iglesia Parroquial Mayor marca las nueve de la noche del 24 de diciembre, cada bando descubre la habilidad creadora y el empeño puestos durante todo un año en la confección de los distintos elementos a competir.

Carrozas, faroles, fuegos artificiales, trabajos de plaza y música tradicional ponen al descubierto los elementos diseñados y construidos en secreto durante todo el año por los seguidores de cada barrio.

La música típica de las parrandas es el repique, que recuerda el tañido de las campanas que llamaban a la misa de aguinaldo, con la presencia de instrumentos como rejas, cencerros, tambores, trompetas y gangarrias.

La memoria de las celebraciones esta recogida en el Museo de las Parrandas, inaugurado en abril de 1980 en Remedios y ubicado en un inmueble del siglo XIX, destinado a conservar mediante fotos, documentos y objetos artesanales todos los elementos vinculados a las festividades.

Con esa singular manifestación del arte popular cubano, la provincia de Villa Clara añade un toque único a las opciones que brinda al turismo internacional, interesado en conocer los mitos y costumbres de una nación caribeña que acumula mas de cinco siglos de historia.

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