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A mi Entender

El día en que Tony Guerrero sorprendió a Maritza

El día en que Tony Guerrero sorprendió a Maritza

. Por Ricardo R. González

 Foto: Ramón Barreras Valdés

 Flores blancas, rosadas, amarillas y lilas tributan la bienvenida a Tarrau, un sitio perteneciente al municipio de Placetas, situado a 32 km de la capital villaclareña. Esas flores matizan la plática con Maritza García Estévez, una mujer, quizás de las pocas camioneras que existen en el país, que tomó las riendas de la circunscripción del lugar y con la ayuda de los vecinos comenzaron a cambiar las cosas.

 Así apareció el sitio martiano, otros dedicados a Fidel y al Che, y uno de especial significado vinculado a los Cinco Héroes injustamente encarcelados en prisiones estadounidenses. «Un día —refiere Maritza— llegué del trabajo, y me disponía a realizar las faenas hogareñas. Sin embargo, algo me detuvo porque vi una carta sobre la mesa, y me sorprendí. «Yo no tengo a nadie en el extranjero, y cuando reparo en el remitente era de Antonio Guerrero… Un tiempo antes integrantes de nuestro Comité de Defensa de la Revolución (CDR) le habíamos escrito a los Cinco… Te imaginas la alegría al ver aquello. No lo podía creer.» Ella sabe que es una de los muchos cubanos que han recibido cartas de Gerardo, Antonio, René, Fernando y Ramón, pero no se siente protagonista de esta historia porque quienes asumen la primera línea son los héroes que hacen historia. «Yo le expliqué que teníamos un sitial dedicado a ellos.

 Él se interesó por cada detalle. Por la manera en que trabajábamos, por las actividades que desarrollamos a nivel comunitario para hacer del entorno algo más nuestro, e incluso del deseo de visitarnos una vez que regresarán a la Patria.» Después llegaron otras emociones.

 Las respuestas de Fernando y de Ramón, en tanto Tony nos sigue escribiendo y les mantiene al tanto del dilatado proceso, de todo el apoyo que reciben, y de las muestras solidarias que llegan desde diversas partes del orbe. Cada carta se lee a todos los vecinos, y en la medida de las posibilidades le realizan fotocopias a fin de distribuirlas a cada CDR que conforma la circunscripción, y luego forman parte del mural.

 Esta relación inició en 2004. Antonio dialoga con esta mujer que guía el timón de un camión V-8, y que ha transportado, en un solo viaje, hasta mil 300 arrobas de caña. Mas, no le pregunte cuántas arrobas o viaje suma en su haber, porque no los contabiliza. Así fluyen las vivencias. Tarrau no es un sitio exento de dificultades.

 Tampoco constituye un paraíso terrenal, pero prosigue haciendo de cada día una jornada memorable, respirando solidaridad con los buenos instintos y esas flores blancas, rosadas, amarillas y lilas tributan la bienvenida. Con la certeza de que un día serán tocadas por las manos de Cinco cubanos a lo que la injusticia ha tratado de silenciar. Todo lo contrario, son símbolos a favor del progreso y de las causas dignas que galopan por el universo.

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